viernes, 4 de abril de 2008

El Aleph

Jorge Luis Borges escribe jugando con los personajes. El tiempo lo traslada hacia delante y atrás, te lleva de un instante a otro, eso es correcto, no tener una coherencia lógica. Puede que quisiera revolverte con los argumentos apoyándose de palabras no comprensibles para un lector carente de imaginación. Noté influencias de tipo de confusión o falta de identidad en los personajes. Se acentúa la manera en que el escritor manipula a los protagonistas de la historia, esto es, como si te hicieran la pregunta de que si uno es o no, o si ser o no ser; el ser en sí mismo. Quién te dice la respuestas, se deja entrever muerte, guerra, religión, inseguridad, sueños y en la mayoría Dios. Es fantasioso que uno escriba la vida de otra persona como si uno fuera ella. Se debe tener una agilidad, gran imaginación y un poco de llocura.
Para comprender la lectura es indiscutible ponerse en el mismo sentido que el escritor, es decir hay que involucrarse con los personajes. En momentos hay incertidumbre, no comprendes, no te queda otra salida que usar tu imaginación y de una manera vislumbrar la intención del escritor, adentrarse en su mente y saber qué lo esta influyendo para escribir. Desde mi punto de vista, lo antes plasmado es lo que visualicé en la lectura, evité hacer un resumen porque para mi perdería la esencia, en otras palabras sólo estaría repitiendo o copiando lo que el escritor escribió. Francamente no es sencilla la lectura, imaginación es la clave para entender y soñar.
Por Augusto Atempa, estudiante de Comunicación y Periodismo, FES-Aragón

No hay comentarios: