jueves, 4 de junio de 2009

Francisco I. Madero

Pérez López-Portillo, Raúl
Francisco I Madero
Editorial Promo Libro
Madrid España
189 pp

Hablar de Francisco I. Madero es hablar de un personaje que marcó indudablemente la historia de México, puesto que éste, fue el líder de aquellos que decidieron levantarse en armas en contra de la dictadura que aquel tiempo estaba regida por Don Porfirio Díaz, quien a pesar de ser el único presidente que logró que la economía mexicana tuviera un superávit fue criticado por miles de mexicanos, que veían en su gobierno corrupción y autoritarismo principalmente, sin ponerse a observar lo bueno que éste tuvo, pero en fin, el objetivo de esta obra no es mencionar lo grandioso o malvado que pudo llegar a ser Díaz, sino conocer más a fondo lo que vivió Madero durante todo el camino hacia el derrocamiento de la dictadura de esos momentos.

Madero está entre los grandes mexicanos ilustres, que en esta ocasión Raúl Pérez López-Portillo, autor de este libro, se dio a la tarea de investigar y hacer notar lo más sobresaliente de este hombre, desde sus inicios hasta su muerte, pero no dejándolo como una simple biografía sino que va más allá, para tratar de acercar al lector a lo que en ese momento se vivía.

Este libro da una semblanza del entorno previo a la revolución dejando ver que la situación de Estados Unidos y de México era muy similar en los siglos XVIII y XIX, dando énfasis a que la verdadera relación de éstos, es amor-odio. En esas circunstancias y bajo el parámetro casi siempre incuestionable de la fuerza, ejercida por Estados Unidos, a México sólo le ha tocado defenderse con la razón y con muy poca suerte, en asuntos de armas; el expansionismo norteamericano ha marcado la vida de ambos países a lo largo de su historia, tanto que hasta el presidente Díaz resumió la azarosa relación entre los dos vecinos: “Pobres mexicanos, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”

En 1910, cuando estalla la Revolución Mexicana, la inversión norteamericana era la más fuerte de toda América Latina y dominante en el país, desplazando a los rivales europeos. La defensa de estos intereses (ferrocarriles, minas, petróleo, plantaciones) fue lo que llevó a sucesivas administraciones en Washington a oponerse a las transformaciones económicas y sociales que buscaban los revolucionarios mexicanos y sus sucesores.

De ahí habría que tomar en consideración las relaciones no sólo políticas o diplomáticas entre México y Estados Unidos, sino que parece necesario contemplar todos los aspectos, para centrar las circunstancias en que se desarrolla el régimen del presidente Porfirio Díaz (en los treinta y cuatro años de poder incuestionable), la postura de los revolucionarios antes de la confrontación armada en 1910, la actitud del “apóstol” de la Revolución, Francisco I. Madero, su triunfo y su asesinato, así como el devenir de los hombres que le sustituyeron en la lucha por el poder y la pacificación del país.

Con este libro se trae a los lectores la “biografía” ampliada y argumentada de Francisco Ignacio Madero (1873-1913), quien sólo vivió cuarenta años, pero su corta existencia resultó bastante intensa desde que en 1905 decidió dedicarse a las actividades políticas en un régimen que no las permitía abiertamente y sobre todo después de llegar a la presidencia, su muerte o asesinato, es uno de los acontecimientos más relevantes y lamentables de la historia moderna de México, tiroteado como un perro en la calle, junto al vicepresidente José María Pino Suárez, con todas las agravantes de la ley.

Madero fue un político fundador del Partido Nacional Antirreelección, que nació en 1910 precisamente para impedir la reelección de Porfirio Díaz, siendo designado candidato a la presidencia. La reelección de Díaz por otros seis años, provocó el alzamiento de Pascual Orozco, Pancho Villa y Emiliano Zapata. Tras el éxito de los revolucionarios, Madero entro victorioso en la capital en mayo de 1911.

La Revolución Mexicana impulsada por “un hombre bueno”, pero “ingenuo”, como Francisco I. Madero, nace como un movimiento político democrático moderno, acompañado de una “vieja petición de tierras”, impulsando la consigna de “sufragio efectivo, no reelección”. Paradójico, contradictorio y surrealista como siempre, el México de finales del porfiriato y principios del movimiento armado, confrontados el anciano régimen de Díaz contra la vitalidad de un joven como Madero y los que le siguen posteriormente en la primera fase armada, resulta vencedora, tras las primeras escaramuzas, la savia nueva que se ha rebelado.

La biografía de Madero, por tanto, es la de México y particularmente la de la Revolución armada en su primera fase, Madero aparece como el “apóstol” de la democracia en México, dispuesto a todo, aglutinando el descontento general del país. Las fuerzas que va a generar su actitud levantarán torbellino en un país en el que nada se movía SIN QUE LO ORDENARA SU AMO, el mixteco de Oaxaca Porfirio Díaz.

La saga de los Madero parte de Evaristo Madero, descendiente de españoles nacido en 1775, en la época de la Nueva España, lo que hace notar que Madero tenía sangre española que corría por sus venas. En su lucha al poder, los tímidos y fracasados intentos de rebelión armada contra el régimen del presidente Porfirio Díaz no parecen, a pesar de todo, que hayan frustrado otros planes más ambiciosos. En este ejemplar se presentan ideas reales del personaje principal, cómo actuaría, qué estaba pensando en ese momento, para vivir el contexto real de la revolución, vista desde este ángulo.
Eugenia López, FES-Aragón-UNAM

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