martes, 23 de junio de 2009

La alerta internacional de la OMS y la reacción de México




SE PREVÉ UNA RECAIDA PARA OCTUBRE DE ESTE AÑO

EL MUNDO EN ALERTA Y NOSOTROS MIRANDO

Desde el 23 de abril de 2009 a las 11 de la noche, todos comenzamos a vivir en un mundo de prohibiciones y desesperación que nos excluyeron por momentos de la realidad. La Ciudad de México fue presa de un virus que invadió todos los rincones, sin embargo hoy nadie recuerda aquello.



Las medidas de control e higiene se intensificaron al extremo y se les exigió incluso a los choferes de taxis y camiones que utilizaran guantes y cubrebocas (de lo contrario el vehículo se iría al corralón). Los Supermercados ofrecían guantes a los clientes y desinfectaban con alcohol los carritos. En los grandes centros comerciales se arrojaban sanitizantes ambientales propiciando un ambiente limpio. Hasta en los puestos de comida callejera había gel en la barra y sus dueños atendían con gorras y tapabocas, demostrando cumplir a rajatabla las medidas de higiene exigidas por el Gobierno.


A toda hora escuchábamos al Secretario de Salud, Dr. José Ángel Córdova Villalobos, dar sus reportes y la cifra de afectados y muertos. La mediatización del hecho fue un factor importantísimo ya que debido al temor generalizado la gente vivía pendiente de la televisión o de las trasmisiones vía Internet de cada conferencia de prensa (las del Gobierno Nacional y las del Gobierno del D.F.) para saber que hacer, para estar preparado ante la evolución de la pandemia y conocer las decisiones que iba tomando el Secretario de Salud sobre la marcha.


El factor mas paralizante fue la ausencia de clases ya que desde el 24 de abril hasta el 6 de mayo, todas las escuelas (desde kinder hasta universidad), cerraron sus puertas para proteger a los estudiantes y frenar el avance del virus. Sin embargo, hoy en día el resto del mundo está en crisis, la OMS ya subió a 6 el nivel de alerta y en México como si nada. Ya nadie cumple con los requisitos básicos, la fiebre por comprar gel antibacterial, guantes de latex, cubrebocas, ya es parte del pasado, el mundo enfrenta una de las mayores alertas sanitarias de los últimos años y México, primer país en presentar síntomas, solo mira con sonrisas lo que nos dejó la influenza.


A pesar de temer una recaída al comenzar nuestra época invernal, nadie ve con buenos ojos a la gente con cubrebocas. Sin ir más lejos hace apenas unos días observamos un hecho bastante incómodo en el metro. Una joven aún viajaba con su cubrebocas azul y a sus espaldas un par de muchachas murmuraban: “¿Porqué aún siguen usando eso? ¿Qué no se dan cuenta que ya pasó? Solo consiguen poner paranoica a la gente y además con tanto calor el virus se reproduce más facilmente” La gente se cansó de tanta tensión y hoy solo quieren disfrutar respirar tranquilamente, por eso se critica a las personas que insisten en recordarnos que hace casi dos meses, todos cubríamos nuestra nariz y boca.


A pesar de ésto, la alerta mundial indica que no podemos bajar la guardia y que las medidas de higiene que logramos alcanzar no deben ser dejadas de lado. Es necesario educar a nuestros pequeños ciudadanos para que no se pierdan estos buenos e imprescindibles hábitos que a veces no tenemos en cuenta. Día y noche las campañas mediáticas llegaron a superar el bombardeo electoral ya que nada importaba más que la salud de los mexicanos. No desaprovechemos la inversión que desde el Estado se hizo para crear conciencia sobre acciones sencillas pero fundamentales para mantener en buen estado la salud de los mexicanos.


Estadios de fútbol a puertas cerradas; espectáculos suspendidos, bares y restaurantes que solo vendían comida para llevar. La Sociedad estaba triste, paralizada, asustada, preocupada, desconcertada y algo nos enojaba mucho: por radio, televisión, periódico, internet, los locutores nos pedían que “NOS LAVEMOS LAS MANOS”, ¿Cómo era posible que nos trataran como niños pequeños?, nos sentíamos humillados al reconocer en lo más profundo de nuestra conciencia que no cumplimos con esa usanza, un hábito que como Sociedad no podemos dejar de practicar. Pero al salir a comer en puestos callejeros, ¿quien prevé lavar sus manos? ¿Quién da esa indicación a sus hijos? ¿Quién crea ese hábito en sus hijos? ¡NADIE! Cuantas personas que utilizamos diariamente el Metro, el Metrobús, los Taxis, solemos ingerir alimentos en el trayecto, por supuesto con las manos llenas de microbios, bacterias, virus, muchos de ellos no nos provocan nada, ya que estamos adaptados a tolerar ciertos niveles de contaminación. Sin embargo muchas veces sufrimos enfermedades intestinales, estomacales, respiratorias que no tienen un origen certero pero desde el 23 de abril, sabemos a ciencia cierta que nuestra falta de higiene es la responsable de transmitir muchas enfermedades que perjudican severamente nuestra vida, pero igualmente nos olvidamos de cosas básicas como estornudar con cuidado, pensando en el de al lado.



Así llegamos a tocar un tema importantísimo, pensar en el otro es algo olvidado. Respetar al prójimo también es posible cuidándolo, porque una Sociedad que vive en comunión y sus bases se asientan en el respeto, es una Comunidad que prospera, que progresa y que sale adelante pase lo que pase.
Por GARCÍA SAN JUAN, Brissa Dafne, NAVARRO TREJO, Manuel Alejandro, TASSO, Natalia

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