domingo, 8 de noviembre de 2009

Ética

-La palabra ética proviene del griego ethos cuyo significado es "costumbre".

Tiene como objeto de estudio la moral y la acción humana. Su estudio se remonta a los orígenes de la filosofía moral en Grecia y su desarrollo histórico ha sido diverso. Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Esta sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como 'malo', 'bueno', 'correcto', 'incorrecto', 'obligatorio', 'permitido', etc., referido a una acción o decisión. Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. De este modo, se están estableciendo juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: "Ese político es corrupto", "Ese hombre es impresentable", "Su presencia es loable", etc. En estas declaraciones aparecen los términos 'corrupto', 'impresentable' y 'loable' que implican valoraciones de tipo moral.

La ética estudia la moral y determina qué es lo bueno y, desde este punto de vista, cómo se debe actuar. Es decir, es la teoría o la ciencia del comportamiento moral. [1]

La ética tiene una íntima relación con la moral, tanto que incluso ambos ámbitos se confunden con bastante frecuencia. La moral es aquel conjunto de valores, principios, normas de conducta, prohibiciones, etc. de un colectivo que forma un sistema coherente dentro de una determinada época histórica y que sirve como modelo ideal de buena conducta socialmente aceptada y establecida.

La ética, sin embargo, no prescribe ninguna norma o conducta ni nos manda o sugiere directamente qué debemos hacer. Su cometido, aunque pertenece al ámbito de la praxis, es mediato, no inmediato, y consiste en aclarar qué es lo moral, cómo se fundamenta racionalmente una moral y cómo se ha de aplicar esta posteriormente a los distintos ámbitos de la vida social.

La ética es una reflexión sobre el hecho moral que busca las razones que justifican que utilicemos un sistema moral u otro e incluso que lo aconsejemos. Por lo tanto, podríamos definir la ética como aquella parte de la filosofía que ha de dar cuenta del fenómeno moral en general.

Sócrates y después Platón reflexionaron sobre la posibilidad de encontrar un criterio racional con el que distinguir la verdadera virtud (areté, excelencia) de su mera apariencia. El intelectualismo moral al que llegaron por distintos caminos estos dos filósofos griegos afirmaba que sólo conociendo qué es el bien, qué es la virtud y cómo se define cada una de ellas se podría llegar a serlo en la vida práctica. Sólo el ignorante puede obrar mal.
El teleologismo aristotélico se aplicará también al ámbito de la praxis: todo en la naturaleza tiende a un fin. Ahora bien, el fin y máximo bien del hombre que ha de ser deseado por sí mismo y no como medio para otra cosa es la felicidad (eudaimonía), que consistirá en el cumplimiento de nuestra propia esencia mediante la realización de las actividades que nos son propias: la contemplación, el ejercicio de la inteligencia teórica. La ética aristotélica se denomina eudemonista, porque está dirigida a la consecución de la felicidad.[2]

Ética
Por: Diana Palacios Rosas.

Es la forma propia de cada una de las personas que habitamos en este planeta, nos indica, básicamente, que es el bien y el mal, nos dirige sobre como comportarnos hacia los demás.

Pienso que el respeto está muy presente en esta situación, lo que para nosotros pudiera ser correcto, pudiera no serlo para los demás que nos rodean y con quienes compartimos este espacio en algún momento.

Depende mucho de lo que está “bien visto” y de lo que no, nos muestra como es que debemos comportarnos, es diferente de persona a persona, ante la sociedad, como nos puede favorecer ciertas actitudes tomadas hacia el exterior.

Queramos o no, como parte de una sociedad, incluso de una comunidad, debemos cubrir con ciertos estándares, debemos cumplir con algunas normas que nos ayudarán a formar mejor parte de tal sociedad, y así contribuir a su mejor funcionamiento.

La ética establece la manera correcta de comportamiento individual, sin embargo, si todos cumpliéramos o respetáramos dicha situación, pudiera existir una sociedad armoniosa en la que todos sus integrantes conviviéramos en paz.

En lo que respecta a un comunicólogo o a un periodista, bien se sabe que su trabajo es el de informar, por lo tanto debe tenerlo bien claro que esa y no otros tantos aspectos sumados, es su objetivo específico.

Informar y nada más es lo que debe hacer, por lo tanto debe buscar la manera en que su público reciba sus mensajes, sin haber sufrido cambios distorsiones o sustracciones. Un periodista debe dar la información tal cual ocurre y es, debe tener bien presente que jamás, por ninguna circunstancia debe dar su opinión ni intentar convencer al pueblo de alguna situación.

Un periodista, antes de pensar en sus intereses, debe pensar en el público, en que, sin él la gente no podría enterarse de los hechos importantes que ocurren en su entorno; por lo tanto, a costa de lo que sea debe hacer llegar toda la información hasta donde debe llegar.

Sin embargo, ese “a costa de lo que sea” es muy superficial, es cierto que debe informar, que debe hacer llegar el mensaje a quien lo necesita, pero sin mostrar información “robada”, mostrar un trabajo original, valdrá mucho más que sólo mostrar lo que otras personas hicieron y además de todo presentarlas como propias.

Por lo tanto, el valor más importante o de más peso en la ética, personalmente es el respeto, respeto al trabajo de los demás y respeto a uno mismo, que si bien se presume de ser periodista que mejor técnica para hacerlo que mostrando trabajos propios.
[1] Ética. [En línea] <> [Consultado en: Agosto 15, 2009]
[2] Glosario ética. [En línea] <> [Consultado Agosto 15, 2009]

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