viernes, 24 de abril de 2009

101 Rumores y secretos en la Historia de México


AUTOR MARCELO YARZA
Cuatro son las novelas históricas mexicanas mas leídas. La primera de ellas es "Noticias del Imperio" de Fernando del Paso, Otra de las novelas que han causado furor entre los lectores de habla hispana en los últimos años es "Las Batallas en el Desierto" de José Emilio Pacheco, una más es la novela histórica de Juan García Ponce "Crónica de la intervención" y por último, Mariano Azuela dejó "Los de Abajo", novela histórica situada en la Revolución Mexicana. En la historia corren detalles poco conocidos de la lucha para quitar a Porfirio Díaz del poder. A pesar de que estas cuatro obras literarias antes señaladas sean muy interesantes y las más leídas según la revista Nexos, yo me incline mas por leer otro tipo de libro, que no solo se basa en un hecho relevante en la historia del país o que se sitúa en una época específica.



Este libro me atrajo mucho ya que mas allá de contarte la historia “típica”, te relata cosas que no todo el mundo conoce, abarca desde un político, un artista, un escritor, un abogado, una cocinera o hasta extraterrestres, en lo particular me resulta más interesante conocer este tipo de datos que no son nada comunes y que resaltan la admiración, la envidia, el amor etc., para de ahí comenzar a correr estos rumores entre la gente.


A continuación mencionare algunos de los rumores y secretos que me parecieron los más importantes e interesantes:
Los chicles de Santa Ana
Sin lugar a dudas Antonio de Padua María Severino López de Santa Ana, es uno de los personajes más polémicos y que mayores pasiones despierta en la historia de México. Político y militar destacado, defensor de la República y mal vendedor de buena parte de la misma, un personaje como éste no podía estar exento de leyendas, mitos negros o rumores, entre tantos sobresale precisamente por mantenerse alejado de la imagen del político y el militar. se trata de los chicles de Santa Ana. Y es que hay quienes aseguran que la antigua costumbre mexicana de masticar la goma que se obtiene al exprimir la corteza del chicozapote, una práctica que se conservó durante la Colonia y en los años del México independiente, fue globalizada por un conocido de Santa Ana, quien, tras ser desterrado del país cuando su gobierno fue desconocido por los liberales unidos bajo la bandera del Plan de Ayutla, viajó a Estados Unidos, donde conoció a James Adams.


En una de las reuniones que Santa Ana sostuvo con su amigo, el estadounidense se dio cuenta de que el general mexicano arrancaba pedazos de una tableta muy extraña que después masticaba, sin tragar, durante largas horas, intrigado el señor Adams se interesó mucho por la resina, sobre la cual investigó todo lo necesario hasta que comenzó la industrialización de un nuevo producto: el chicle. James Adams estuvo seguro desde el primer momento, que aquella goma sería un negociazo, por lo que importó 2 300 kilos de resina, que después convirtió en bolitas. como sabemos, estas bolitas se hicieron muy populares en Estados Unidos y hoy en dia son de los productos de mayor venta a nivel mundial, la primera fábrica de chicles que hubo en el orbe se llamo, precisamente Adams Chewing Gum.


La Casa de Citas del Pedregal
En México, como en el resto del mundo, las casas de citas han existido desde tiempos inmemoriales. No extraña a nadie que haya, por lo mismo, cientos de rumores sobre éstas y sobre lo que en su interior sucede. Lo que sí es extraño, por el contrario, es que haya casas de citas para mujeres y que la más famosa se encuentre en el pedregal. Dice el rumor que en San Ángel hay una casa de citas en la que atienden muchachos bellísimos, bien dotados y ejercitados, que hacen las delicias de las mujeres de la gran sociedad mexicana, a este sitio llegan las esposas de los empresarios más importantes, de los políticos de más alto nivel y hasta de los ministros de La Suprema Corte.



El ritual es siempre el mismo las damas de sociedad salen con el pretexto de ir al súper mercado, pero en realidad se dirige hasta el Hogar del Placer, como dicen que se llaman la mencionada casa. Al llegar las recibe la matrona, quien les pide sus teléfonos celulares y sus objetos personales, además de la lista del supermercado. Las mujeres entran y la matrona, con la lista en la mano, se dirige a un cuarto contiguo, en el que un par de choferes espera órdenes. Minutos después, las damas de sociedad permanecen en una inmensa sala repleta de muchachos semidesnudos, entre quienes escogen. En la calle el chofer a quien le han entregado la lista acelera con destino al supermercado, mientras las damas suben acompañadas por sus amantes a alguna de las habitaciones del hogar, los choferes entran en el supermercado y compran todo lo que la lista les indique, cuando las damas han terminado con los muchachos bajan hasta el salón central de la casa, donde platican unos momentos con la matrona, pagan y se marchan felices y contentas. Por supuesto, en la cajuela de su choche las esperan las bolsas con las compras del supermercado que, afirman, acaban de hacer.


El Mole, error de una monja
La cocina del convento de Santa Rosa de Lima, como todas las de finales siglo XVII, aquella mañana clara estaba llena de monjas, ayudantes, ollas de barro, palas y cucharones de madera, animales recién sacrificados, especias, granos y diversos manjares. Aquel día las monjas tenían que preparar un platillo soberbio, un bocado digno de los ángeles, los mejores que sus conocimientos culinarios pudieran ofrecer, pus esa noche el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, era el anfitrión de su buen amigo el virrey de la Nueva España, Antonio de la Cerda y Aragón, a quien debía granjearse con un banquete memorable pues esa noche le pediría un préstamo para llevar a cabo las remodelaciones de la catedral local.



Andrea Asunción era la coordinadora de la cocina, mientras sor Andrea mezclaba los 17 ingredientes que había decidido utilizar en la preparación de la salsa con la que bañaría el guajolote, su idea era crear un platillo que hablara de la unión entre México y España, por lo que usarían cuatro tipos de chiles ancho, pasilla, mulato y chipotle, almendras, pasas, plátano macho, ajonjolí, canela, comino y clavo, ajo, cebolla, y jitomate, después de colocar todos los ingredientes y dejar que hirvieran en una olla de barro, se acerco sor Andrea que traía un pedazo grande de chocolate en la mano con el que estaba preparando el postre, tomo el cucharón más cercano, lo metió en la salsa y probó lo que estaba preparando y con la voz de sor María que había roto el voto de silencio se asustó y dejó caer el chocolate en la olla y así fue como por un accidente se hizo el mole.


La bebida de los dioses
El pulque es la bebida ancestral mexicana. se dice que fue descubierta en el año del conejo 1340 por mi noble llamado papamtzin, quien ideó como extraer el néctar dulce del corazón de la planta de agave y al dejarlo guardar en una olla de piedra, lo transformó en una especie de atole blanco y espumoso que emitía un raro zumbido. Así nació el octli (licor blanco) u octli poliuhque (licor demasiado fermentado), que los españoles redujeron al nombre de pulque.


El licor fue recibido con mucho agrado por la nobleza prehispánica, principalmente los sacerdotes, quienes lo tomaban para entender mejor los mensajes que enviaban los dioses. Entonces solo podían emborracharse los enfermos y los viejos la embriaguez era severamente castigada. Los españoles que invadieron México quedaron sorprendidos al ver que los viejos no tenían arrugas ni canas, y que casi no se enfermaban, supusieron que era obra del maguey, llamada planta maravillosa, pronto el consumo del pulque se generalizó en todas las clases sociales, a tal grado que la corona española quiso reglamentar su consumo. Los hábiles jesuitas empezaron a producirlo en grandes cantidades.



A principios del siglo XX había gran cantidad de pulquerías en la ciudad de México y la bebida de los dioses seguía gozando de gran popularidad. para atraer a sus bebedores los pulqueros bautizaban sus establecimientos con nombres ingeniosos y rimbombantes: “Los biberones de la Malinche” “Juan sin miedo”, “Voy más hacia mí”, y muchos más nombres que como las demás cantinas forman parte de la cultura popular de la ciudad. La época de oro del pulque terminó con la llegada y la masificación de la cerveza. Algún malvado y ocurrente cervecero propagó el rumor de que el pulque se fermentaba con la “muñeca”, trapo con excrementos de animal o de seres humanos, desvirgando el principio de la fermentación del aguamiel con productos naturales, entre ellos la baba del corazón del nopal. A esto se le sumaron las normas de los gobiernos pos revolucionarios para reducir el elevado consumo de pulque, que generaba un problema de alcoholismo considerable y el consiguiente ocio y la baja productividad. La producción de pulque se redujo y aparecieron piqueras en donde se organizaba la venta clandestina.



Sus más fieles seguidores se negaron abandonarlo y adujeron que el pulque tiene que ser elaborado con la estricta higiene y solo por mano de hombres, de lo contrario se corta. Se dice que es tan delicado que no pueden entrar mujeres al lugar donde se almacena, pues el pH de su piel es mas ácido que el de los hombres y puede agriar el licor. Hoy existen estudios médicos, hechos por el doctor Cravioto, que aseguran que como el vino, un vaso de pulque al día es un gran preventivo contra el infarto. Además tiene altas cualidades alimenticias. sin embargo aun su consumo embotellado no sueña con los niveles alcanzados por el tequila o el mezcal, aunque comienza a beberse en bares elegantes combinado con piñones, avena, jitomate, o apio, lo que se conoce como curado. el mito los excrementos, y la fuerte resaca que produce tomarlo sin moderación, siguen beneficiando su desprestigio.

El Himno Mexicano, el segundo más bonito
Nuestro himno tiene el segundo lugar a nivel mundial, el primero unánimemente fue otorgado a Francia. Todas las pláticas sobre él contienen este diálogo:
Nuestro himno es muy bonito.
Si, dicen que es el segundo más bonito del mundo, después que el francés.
Lo curioso es que, al menos, en Chile y Costa Rica se sostiene lo mismo.
La versión sobre el ranking mundial del himno es prueba de la velocidad con que un rumor puede convertirse, ligado a una causa nacionalista, en un hecho social.
Ahora bien, el rumor asegura, no sin humorismo, que fue en Viena, durante la primera mitad del siglo XX, cuando apareció la Asociación Mundial para la Conservación y Catalogación de Canción e Himnos Nacionales.
Preocupada por allegarse fondos, la excéntrica asociación habría realizado un concurso que tuvo como jurado a los mejores músicos y poetas de la época. Por alguna razón extraña, el segundo lugar generó una rebatinga entre los jueces, quienes tuvieron que declarar un empate entre 73 países. Sin embargo la Marsellesa se quedó con el primer lugar. Al poco tiempo, la asociación desapareció, tanto por la avanzada edad de sus miembros como por la falta de interés que el tema generaba. No obstante, la leyenda estaba fundada: el mediano era el segundo himno más bonito del mundo. Ahora bien, sobre nuestro himno existe un conflicto, más serio. el presidente del Instituto Mexicano de Derechos de Autor, descubrió hace unos años, que una empresa de Estados Unidos tiene registrados los derechos de autor o eso dicen, ya que un dia llegó el propietario de de los derechos a la embajada de México en Washington con el descaro de querer cobrar regalías por el uso del himno en actividades cívicas. Ese señor se llama Henneman Harry, con número de registro internacional de autor CAE 99999960. Así que la Broadcasting Music Incorporated, sociedad recaudadora de derechos de ejecución pública en Estados Unidos, tiene el himno nacional mexicano firmado en “coautoría de Henneman Harry y Nunó Jaime”. Puesto que Nunó murió en 1908, Harry es quien quiere cobrar las regalías.



En sí este libro relata las historias menos conocidas de los ídolos populares, las intrigas políticas más reconocidas de nuestra historia, y los sucesos desconocidos que marcaron los momentos fundamentales de México. Un verdadero almanaque de la memoria y el imaginario popular que retrata las historias a través de las cuales México se ha explicado a sí mismo.
Sobre el autor de este libro dicen los rumores que murió hace más de cuatrocientos años y que dejo el volumen presente escondido en la capsula del tiempo que recientemente encontraron en la Catedral de la ciudad de México. Y dicen también que Marcelo Yarza era un adivino y vidente español, capaz de adelantarse a los eventos del mundo y a las habladurías que estos despertarían entre la gente. Por supuesto, esto último se trata de un rumor, que, como todos los demás, es tan infundado como fundado.Al final del día, los rumores y los secretos son parte constitutiva de lo que somos los mexicanos. A veces no importa si se trata de una verdad o de una mentira, basta con que sea una historia.


Por: GARCÍA SAN JUAN, Brissa Dafne, FES-Aragón-UNAM

2 comentarios:

Anónimo dijo...

wow quede sorprendido muy buenos amo la historia

Unknown dijo...

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