De Raymundo Riva Palacio
Este libro trata sobre el papel que han desempañado los medios de comunhicación en la histórica vida tanto política como democrática, económica de nuestro país. Antes la labor periodística era mucho más reprimida que hoy en día, considerando los gobiernos conservadores que controlaban al país, pero ahora, tal vez, haya más “libertad de expresión” hoy los principios de la profesión de la comunicación han quedado en el olvido, pues la lealtad y la veracidad hacia la información no son precisamente los protagonistas de las noticias.
El amarillismo y las notas rojas se ha instalado en las páginas de los periódicos que sobrevivieron a los cambios demográficos, que se suscitaron a partir de los setentas y los ochentas. Uno de ellos fue el Excélsior, ya que al quedarse con su antiguo esquema se volvió obsoleto y estuvi al borde de la extinción; algunos se tuvieron que adaptar y otros surgieron como Reforma, El Financiero, y La Jornada, este último con formato tabloide novedoso y fácil de leer.
La nueva generación de lectores que cambiaba constantemente orilló a los antiguos diarios a implantar en sus páginas el color; y es que la nueva sociedad exigía cambios en todo y eso incluía a la comunicación.
Las otras formas de comunicación de masas acaparan la atención de la mayor parte del público; la prensa escrita se encontraba en un lapso en el que se necesitaba renovarse o morir.
El libro toca también puntos sobre las preferencias y gustos del público en los últimos años, dichos estudios arrojan lo que es un comportamiento en el que la gente empieza a interesarse más por informarse que por entretenerse cuando usa los medios de comunicación tanto que el llamado “fenómeno del canal once” ha ido creciendo al grado de casi triplicar su nivel de auditorio en poco menos de dos años, también estos resultados nos dicen que los noticieros están muy por encima de las telenovelas y de los programas deportivos.
Estos estudios nos desvelan una condición de un pueblo mexicano dominado por unos pocos y con la intención y necesidad de conocer y de volverse más culto, sin embargo los noticieros televisivos que son los que comandan los niveles de audiencia no son precisamente los mas adecuados los más completos para que la gente se informe de verdad, así que teniendo una provisión pobre y mediocre en cuanto a información la educación de un pueblo también será los mismo, pobre y mediocre. Ya que los que tienen acceso a este tipo de información Solo son algunas elites bien posicionadas, ya siendo los políticos, investigadores empresarios o universitarios los únicos que tienen este tipo de entradas informativas.
Andrés Pérez, FES-Aragón-UNAM
Este libro trata sobre el papel que han desempañado los medios de comunhicación en la histórica vida tanto política como democrática, económica de nuestro país. Antes la labor periodística era mucho más reprimida que hoy en día, considerando los gobiernos conservadores que controlaban al país, pero ahora, tal vez, haya más “libertad de expresión” hoy los principios de la profesión de la comunicación han quedado en el olvido, pues la lealtad y la veracidad hacia la información no son precisamente los protagonistas de las noticias.
El amarillismo y las notas rojas se ha instalado en las páginas de los periódicos que sobrevivieron a los cambios demográficos, que se suscitaron a partir de los setentas y los ochentas. Uno de ellos fue el Excélsior, ya que al quedarse con su antiguo esquema se volvió obsoleto y estuvi al borde de la extinción; algunos se tuvieron que adaptar y otros surgieron como Reforma, El Financiero, y La Jornada, este último con formato tabloide novedoso y fácil de leer.
La nueva generación de lectores que cambiaba constantemente orilló a los antiguos diarios a implantar en sus páginas el color; y es que la nueva sociedad exigía cambios en todo y eso incluía a la comunicación.
Las otras formas de comunicación de masas acaparan la atención de la mayor parte del público; la prensa escrita se encontraba en un lapso en el que se necesitaba renovarse o morir.
El libro toca también puntos sobre las preferencias y gustos del público en los últimos años, dichos estudios arrojan lo que es un comportamiento en el que la gente empieza a interesarse más por informarse que por entretenerse cuando usa los medios de comunicación tanto que el llamado “fenómeno del canal once” ha ido creciendo al grado de casi triplicar su nivel de auditorio en poco menos de dos años, también estos resultados nos dicen que los noticieros están muy por encima de las telenovelas y de los programas deportivos.
Estos estudios nos desvelan una condición de un pueblo mexicano dominado por unos pocos y con la intención y necesidad de conocer y de volverse más culto, sin embargo los noticieros televisivos que son los que comandan los niveles de audiencia no son precisamente los mas adecuados los más completos para que la gente se informe de verdad, así que teniendo una provisión pobre y mediocre en cuanto a información la educación de un pueblo también será los mismo, pobre y mediocre. Ya que los que tienen acceso a este tipo de información Solo son algunas elites bien posicionadas, ya siendo los políticos, investigadores empresarios o universitarios los únicos que tienen este tipo de entradas informativas.
Andrés Pérez, FES-Aragón-UNAM
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