miércoles, 19 de marzo de 2008

El nombre de la Rosa

Con cantos gregorianos que resuenan en las paredes, poco a poco va resurgiendo la abadía desde la memoria de Adso de Melk, joven discípulo de Guillermo de Baskerville, quien en su vejez narra lo que vivió en aquel lugar, desde los misteriosos asesinatos relacionados con un libro prohibido, hasta su único amor terrenal.

Describiendo con naturalidad el paisaje de la Edad Media, Umberto Eco nos intriga desde el comienzo de la historia con el personaje de Guillermo, monje con una visión diferente, inteligencia y modo de actuar conforme a la razón (cosa que hace sea considerado un hereje por ser la herramienta del Diablo).

El estilo gótico que maneja la novela, provoca que los sentimientos dormidos como la pasión y la fe, salgan a flor de piel, las palabras se van deslizando para crear la atmósfera idónea de todos estos sucesos, el final no es predecible pero mejor no decirlo para no arruinarlo a los que no lo han leído. Sugiero que tengan un diccionario de latín a la mano, pues aunque no se pierde el hilo de la historia sin éste, puedes apreciar más los detalles de esta obra.
Por Sharon Smog, estudiante de Comunicación y Periodismo, FES-Aragón

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