miércoles, 19 de marzo de 2008

Rabos de lagartija

El libro del autor español Juan Marsé nos remite a la Barcelona de principios del siglo anterior (1930 aprox.) donde podemos encontrar a una familia reducida, pero no por ello, su historia no sea digna de contar.
Rosa Bartra, ama de casa abnegada y sumisa pero idealista en su juventud, se encuentra encinta y sin un marido que la apoye; a falta de éste su hijo David la cuida durante su embarazo. David Bartra tiene una relación de amistad - noviazgo o algo parecido con Paulino Bardolet, quien es su vecino y compañero de aventuras; algunas veces van al Delicias, el cine local, o van de “cacería” a buscar esas codiciadas “palabartijas” que tal vez -y sólo tal vez- podrán quitar el malestar que tiene el gordi (como le llama David a su confidente) de almorranas. Los problemas en el vecindario surgen por quien menos se espera: el oficial Galván, quien anda tras el rastro de Víctor Bartra, el esposo desaparecido de Rosa, el bwana (como es que le llama David de forma peyorativa) tiene sus sospechas bien fundadas sobre el señor Bartra; aunque Rosa, por obvias razones, le considera una persona incapaz de cualquier mala obra de su parte. El odio infundado que tiene David por Galván es más que eso, una rabia contenida que sale de la peor forma, una necedad de parte de este hijo desobediente le cuesta la vida a la señora Bartra.
El trágico y duro final de algunos de los personajes es inesperado y por demás extraño: Rosa Bartra yace placidamente y con siete meses de embarazo sobre la alfombra mientras que su sietemesino es casi arrojado a la fuerza al mundo. David, a fuerza se empeña por salir adelante y tener algo que ofrecer a su hermano, se convierte en foto periodista y consigue, a pesar de que los astros no lo auguraban, tener el éxito personal que le faltó en su niñez. Esta novela es, sin duda, un cocktail extraño de emociones, una mezcla de sentimientos encontrados donde la incertidumbre, la confusión y la mentira son punto clave. Ampliamente recomendable.
Por Isaac Delgado, estudiante de Comunicación y Periodismo, FES-Aragón

1 comentario:

David dijo...

Pero...
Como se te ocirre contar el final?!!