El reino del dragón de oro es la segunda parte de una trilogía, en esta ocasión Nadia Santos y Alexander Cold acompañan a la periodista y escritora Kate Cold al reino prohibido, un pequeño país situado en el corazón del Himalaya. Ahí se encuentra el Dragón de Oro, una valiosa estatua de oro y piedras preciosas con capacidad para predecir el futuro y que sólo puede ser utilizada por el rey a fin de saber lo que le conviene a su pueblo. El problema está en que alguien quiere robarla para utilizarla con fines personales.
Mientras esto sucede, alejados de la civilización, el lama Tesing guía a su discípulo Dil Bahadur, joven heredero del reino, por las sendas del budismo para completar su formación. Así se va desarrollando la historia hasta que llega al final. La fantasía se combina de tal forma con la realidad, que resulta imposible distinguir cada una, a pesar de que casi todo es inventado, hay aspectos en los que la sensación de realismo es tal que llegas a creer que es cierta la existencia de un pequeño país en el Himalaya, de que en realidad hay un dragón de oro con esas capacidades y que existe un lugar en el que es más importante la naturaleza que los negocios y donde la paz triunfa sobre las luchas del mundo exterior. Aunque es una novela bastante previsible no deja de ser entretenida, sobretodo porque todo gira en torno a la fantasía y la aventura.
Por Carolina Venegas, FES-Aragón-UNAM
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