Para no perder la costumbre, la secuencia y la ubicación de las historias, Mario Vargas Llosa nos entrega nuevamente desde el Perú una novela acerca del amor eterno, el cual, según esta narración, si existe.
Como siempre, todo comienza con un sueño, en este caso de Ricardo Somocurcio (el niño bueno), que anhela irse a vivir a Francia. En su juventud en el Perú conoce a la chilenita, quien a la postre se ha de convertir en su eterno tormento, en su dulce sufrimiento, inevitablemente, en el amor de su vida.
La historia se desarrolla en distintos países, pasando desde Cuba hasta Japón, lugares en los que la niña mala se encuentra cuando Ricardito la busca desesperadamente debido al gran amor que siente por ella, lo que lo lleva a no sentir otra cosa que el deseo de estar con ella para siempre y por siempre, aunque sea bajo circunstancias desagradables e incomodas. Esta novela nos narra la historia de un amor que está por encima de todo.
Erick Ríos, FES-Aragón-UNAM
Erick Ríos, FES-Aragón-UNAM
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